viernes, 16 de julio de 2010

Supuesta Interacción


Estoy afuera de la biblioteca y siento una gran opresión cual si hubiera descubierto una fatalidad, pero busco mecanismos en mi mente y comienzo a describir al mundo: veo a un ave dándose un baño de tierra, una pareja de novios cuchicheándose al oído, puedo leer el pensamiento predecir el movimiento, veo la sabiduría del ave y la ignorancia y el miedo de los enamorados Veo un jardín de piedras y las veo moverse ínfimamente de reojo. Escucho al sonido detenerse en algunos lugares y solo las piedras se percatan. Sigo el sendero y veo la fealdad que hay en la belleza una flor abierta y en su centro un rostro horrible, el rostro no es de este mundo y sonríe con desdén.
Y siento las flechas que me apuntan y sospecho que este universo es tan agresivo que es imposible que nadie se haya dado cuenta. Siento una opresión, no más bien es un hueco en mi espalda que yo percibo como un cono, mi narración me hace verlo y sacarlo y cuando lo hago dejo de ser yo mismo. Un poste de alumbrado se inclina hacia mí y me dice que entre esto o aquello la transición es lo que importa.
- por eso puedes verme- me dice. Veo caminando a un hombre que se asfixia en la realidad y piensa al volver matar a otro hombre que conspira contra él, lo tiene todo bien pensado, paso junto a él y le digo:
-parece que no hace falta nada más- El hombre se aleja impresionado.

Me doy cuenta de que lo matara con sus manos desnudas. Veo el paisaje frente a mí y parece un cuadro pintado por una mano casi cuidadosa. Microbuses pasan a mis lados rampantes y hacen cabriolas al pasar junto a mí, veo que depredadores enormes e invisibles los persiguen en su loca carrera. Un bote de basura me dice grave que vacíe mis bolsillos, le contesto que tengo un poema para una dama pero que nunca se lo hice llegar. Castañetea su tapa y yo le hago una bola y lo arrojo a sus fauces. Tengo un poco de prisa debe ser por el cono que me saqué de la espalda. Noto que mi mente va un poco más rápido y puede abstraer cosas mas profundas Y se aclara la duda de como es posible que no encuentre a nadie más como yo.
-- Es porque todo se encuentra en sí mismo aislado y es imposible encontrar implicaciones en lo que está muy lejano o separado, lo demás es solo una falsa percepción. -Tiene sentido- le digo y me doy cuenta de que le digo a mí mismo Me encuentro sentado en las escaleras frente a la biblioteca y una mujer bellísima vestida con traje sastre me pregunta que si tengo fuego, le digo que es muy joven y muy hermosa para inmolarse y que no debe volar la biblioteca con el detonador que trae en su pequeño bolso. Digo todo esto porque sé que en realidad no estoy allí sino que estoy sentado en el borde de una jardinera hablando con una mata de verdolaga silvestre y me dice:
--mira-- señalando.
La mujer del traje sastre le dice idiota a un arbusto y se va indignada.

--¿Entonces donde estoy?—le pregunto a la mata.
-- también es una impresión, la mente se pasa la vida pretendiendo “estar”, cuando todos vagamos extraviados, puedes estar en un sueño, en una alucinación, en tu propia imaginación, en la inspiración de uno de tus personajes y no estamos en ningún lugar al mismo tiempo.

-Es decir que ¿ahora mismo soy como un fantasma?

-No ahora eres mi alucinación de planta, cuando te des cuenta de que no estás aquí serás cualquier otra cosa.

Estoy en el onceavo piso de la biblioteca en el área de inconclusos y pido los míos, una señora que en todo el tiempo no me mira ni una vez me da una llave y me señala una parte del acervo que esta cerrada, son muchos estantes encuentro unos títulos que no recuerdo por muy antiguos y otros que supongo son del futuro, pienso que es imposible una obra tan extensa en la vida de un hombre. Veo las obras selectas y me encuentro en antologías a algunos inconclusos notables están: historia del ídolo, el hombre y las rotaciones, los fantasmas del para-bus y otros. Caminando entre los pasillos una joven me pregunta una clasificación y yo se la digo como si supiera.
--Estoy seguro de donde está-- y me pregunta algo más.
--¿cuál es el método que usa para urdir sus historias?
--No necesito uno o más métodos puesto que solo escribo lo que veo, todo lo que escribo en verdad pasó.
La joven pone cara de que olvido algo y se va. Hojeo el libro que tengo en mis manos, a los relatos los noto más extensos, reviso las páginas y en la última página dice la palabra “fin”, yo no escribí esto, recuerdo que yo no existo. Comienzo leyendo “LA HISTORIA DEL ÍDOLO”
Trata sobre un hombre que sueña y este sueño es semejante en tiempo a su vida actual y un día se percata de que hay algo que no había visto.
En el altar con santos de su madre fallecida tiempo atrás, es una figura delgada de hombros pequeños y cabeza grande, el cabello corto, donde debiera estar su rostro solo es liso y color rosa. Este ser lo perturba lo percibe con algo más que vida, lo siente más palpable que toda la realidad, siente que viene a usurpar, no más bien a tomar lo que le pertenece. cuando pasa junto al altar siente una repentina prisa, necesidad de irse, necesidad de quedarse, la necesidad de hablar con él y la certeza de que si le llegara a hablar callarse y permanecer mudo hasta morir, se da cuenta de que en estas contradicciones escucha un ruido, es un sonido, es un lenguaje él lo entiende perfectamente y comienza a comunicarse con él, pero cada vez que lo hace el ídolo anula algo en la realidad, hasta que el hombre está indigente y este hombre tambaleante planea algo, la muerte del ídolo y una noche lo lleva con prisa a la cocina y lo corta con unas tijeras, con el ídolo cortado en tiras dice:
-¿qué hice? lo he liberado. El hombre despierta y ya en la vigilia descubre que es un escritor menor y la historia del ídolo le parece buena idea para escribir un relato, pero lo tortura la idea de liberarlo preferiría inventar sus propias historias. Pero un día se da cuenta de que en los márgenes de los borradores y en todos sus papeles está dibujado el ídolo trazado de forma inconsciente y perfectamente fiel. Y todas las noches sueña con el ídolo. Hasta que despierto lo dibuja, lo recorta y lo instala en el viejo altar de su madre .La realidad se empieza a tornar como el sueño y las cosas ocurren de igual forma una noche lo lleva con prisa a la cocina y lo corta con unas tijeras, con el ídolo cortado en tiras dice:
--¿qué hice? te he liberado.

Alterado sale a la calle y se encuentra a un colega escritor que se atropella con sus palabras y agitado le dice:
-- ¡algo salió mal ya están aquí, están en las iglesias!
El hombre lo deja hablando solo y se dirige a la vieja iglesia calle abajo.
“en la entrada un hombre mira la fachada y salta hacia ella y se queda pegado como un insecto. Varios metros arriba voltea a mirarme y veo que no es humano. Entro en la iglesia y veo las paredes y las bóvedas infestadas de estos seres, el dios convencional está tirado y roto en su lugar un inmenso ídolo de piedra sin rostro se yergue .Más criaturas siguen llegando y yo no tengo miedo ni me pregunto cuál será el horrible modo en que voy a morir, ni siento culpa por haber escrito la historia del ídolo y haberlo liberado, ni por lo que le he hecho al mundo, solo puedo contemplar al ídolo y me da la impresión de que siempre estuvo ahí ” Fin. Dice en la última página y sigo ojeando el libro, EL DIBUJANTE DE MONSTRUOS: Trata sobre un hombre que se muda con su esposa a una casa, donde a su vez en un muro de la alcoba hay un relieve.
En el hay algo que él hombre ve como un rostro y donde al principio su esposa percibe solo una mancha. Y se dispone un día a dibujarlo y descubre que es imposible ya que cada vez que lo intenta aparece un rostro diferente, de pronto se da cuenta de que ya dibujó a 16 perseguidores y busca un reducto un subterfugio y les niega el nombre, pero ellos hartos comienzan a hablar con su esposa sin que el se de cuenta. La encuentra muerta a su lado en la mañana y se pregunta por qué no recuerda haberla matado puesto que sus perseguidores todavía no se expresan físicamente. Niega estar en la realidad.
“Han hecho una rotación es por eso que no recuerdo el pasado de ningún modo. Analizando en la transición entre sueño y realidad veo paquetes de angustia que se agolpan en mi mente, me encuentro con un compañero de trabajo y le digo:
-- no puedo despertar
--¿qué es lo que vez?-- me pregunta.

--Veo un vórtice la realidad y el sueño están pegados como fotografías en el interior de un gigantesco tubo, los veo curvos rotar y dislocarse y en el fondo veo algo negro y gigantesco moverse. Estoy dormido y despierto por eso puedo hablar contigo, me veo decir que no puedo despertar y me veo de espaldas viéndome y tu estás pegado en el tubo. Pero sigo sin poder despertar, los bocetos de mis perseguidores están sobre un librero en el estudio yo no podré regresar para destruirlos.” Fin. Me doy cuenta de que ya no estoy leyendo si no que converso con una mata de pasto.

--Así que soy como un Ulises de la basura – le digo.
-- solo que el Ulises regreso a Ítaca y tú nunca tuviste casa.

Intento relatarle un suceso de mi infancia pero no puedo recordar ninguno. La cabeza me duele mucho y me quedo quieto hasta que pasa o más bien hasta que casi solo soy dolor. Una bolsa de plástico se acerca hacia mí rodando me dice:
--el pasto está furioso porque la poda ya viene y empieza a emanar una sustancia que te causa dolor.
--supongo que ahora soy tu imaginación de bolsa.
- -supones bien, sujétate de mi.
Una brisa viene y nos arrastra primero a ras de suelo y luego nos levanta y nos deja caer de varios metros y no siento dolor, me doy cuenta que el plástico puede ver el dolor pero lo ha invadido tanto que no puede sentirlo y me ha prestado sus cualidades. De pronto una brisa mas fuerte nos hace levantar el vuelo, y estamos varias decenas de metros arriba, se puede ver el paisaje, hacia abajo veo a un niño con su padre, el niño nos señala y dice:
-- mira el ovni papá-- el hombre achica los ojos y unos segundos después ríe.
--es una bolsa de basura-- dice.
Y noto que no pueden verme, un viento de convección nos levanta más y chocamos contra una corriente fría de pronto me percato de que varias partículas de basura nos rodean y volamos en circulo, estamos en un remolino y que la colisión con un edificio es inminente, el aire choca primero y rebota sobre nosotros, la turbulencia nos desordena y me hace soltar la bolsa cuando caigo me encuentro frente al edificio, es de oficinas, hablo con él y siento su frialdad y el equilibrio de su acero estructural, me dice que su única labor es estar de pie pero que se cansa un poco más cada año y que en las noches cuando los oficinistas se van y las luces se apagan sueña con ser sólo rocas. Recorro un poco el lugar y en la acera hablo con una botella de brandy barato hecha mil pedazos y me dice el número exacto de trozos y la diferencia entre simple vidrio quebrado y una botella rota. Mas adelante encuentro a un popote que es amigo de un escarabajo y su amistad me conmueve. Una colilla de cigarro me dice que me puede decir un dato fantástico de cualquier cosa puesto que el universo en sí mismo es una fantasía. Le pregunto que como es posible que no pueda recordar cosas de mi vida de hombre y me dice que sin un futuro no es necesario mi pasado.
--¿y como le he dejado? pregunto.
--no puedes abandonar algo que no existe-- repone. Le pregunto que como es posible que a los personajes de los cuentos que recién leí les esperara tanto sufrimiento.
--es porque pueden ver y sentir la transición de lo monótono a lo ficticio y el ver al universo en su desnudez es horripilante.
-- ¿y como es que ya no puedo sentir tanto dolor?
-- es porque antes te dolía tu humanidad que necesitaba reconocimiento, compañía y amor, y ahora ya casi no tienes mas capas: en tu travesía la transición se encargó de quitarte capas de ti mismo cual si fueses una cebolla y te ha quitado tantas que ya no tienes un “yo” solo te queda tu narración.
Me doy cuenta de que la supuesta interacción con infinitas cosas es la forma de existir. En una esquina me encuentro con una caja de cartón aplanada, una pila desechable, junto al camino una llanta tirada, una jeringa usada, un tallo de brócoli, un fósforo quemado. Estoy parado bajo un puente vehicular, llueve con fuerza y veo a la lluvia como una cortina opaca y estruendosa. Caigo en cuenta de que no estoy aquí...


Fin