A veces pensaba en escribir
capítulos de su vida, pero más veces la encontraba repetitiva y se
preguntaba que si acaso la escribiera
sería lo mismo, siempre con cambios en la forma de pensar y en los estados de
ánimo en un paseo por las emociones terrenas, develando tal vez, un orden
macabro en esa vida, así que este punto le atrajo de sobremanera y se puso a
escribir un día de esos en los que se piensa que se ha encontrado el secreto de
la creación, para tratar de encontrar una mecánica que no había visto de sí
mismo en la forma de razonar.
Encontró que al alinear sin
querer todos los aspectos de su vida que según él creía importantes habían
ciertos puntos que vistos desde un punto de vista más estrictos no eran
ciertamente cruciales en su vida, pero aun peor fue el encontrar que habían
cosas que le oprimían y que no estaban en esa lista.
Eran cosas que no podía recordar,
eran sueños de una realidad macabra y terrible que el hombre no quería
recordar, cual deudor que ignora un ultimátum de su prestamista. Que quiere
olvidar porque sabe que no podrá nunca pagar.
Y que está harto de pensar en lo
que lo atormenta, que quiere dormir y olvidarse de todo de una vez.
Sintió miedo e hizo una bola de papel con su
lista. Que pretendía encontrar el orden de su vida.
Pero una mañana camino al trabajo
en el tren empezó a escribir suposiciones que solamente evidenciaban que todo
lo que escribía no eran más que ideas
como las que tiene cualquiera que gusta de divagar y cualquiera que no sabe
realmente lo que está haciendo. Muchas veces, tal vez algunas noches él lo
había vislumbrado alguna vez, esa línea que une las palabras y las cosas, que
evita que lo que se ha visto se borre, esa línea que une los pensamientos y los sujeta. Que está en un lugar
y está en todos a la vez, ¡ahí estaba!, lo sentía, empero, sabía que no podría
alcanzarlo se lo habían arrancado, se lo habían quitado de entre las manos! Y
él no había hecho nada para detenerlos no podía tocarlos, ni verlos, no podía
hablar con ellos, porque tenía miedo de que toda su vida se fuera como lo le
acababan de quitarle, ahora lo seguían, y él estaba consciente de que no se
podía engañar a sí mismo, de alguna manera siempre lo había hecho pero esta vez
no era así, él no se podía decir así mismo que estaba loco y que no era cierto
que en un sueño unos extraños lo condenaron a muerte hablándole a su alma
retorciéndola de miedo y dolor,
porque esa presencia era más contundente que la existencia de toda la gente del
tren, pero que haría era sólo un hombre, que podría haber hecho para merecer
ese castigo él siempre había tenido cuidado, toda su vida había tratado de ser
prudente, que había podido salir mal, se sentía como cuando era niño, los
pandilleros lo amenazaban con golpearlo y él se sentía tan indefenso y tan solo
En ese mundo que parecía que no lo dejaría vivir otro día, cuanta angustia y
cuanto miedo cabía en ese niño que
creció y olvido que algo no humano lo amenazo una noche o tal vez un día En
vigilia ,
- que quieren de mí apenas y puedo pensar- dijo. De
nuevo lo habían reducido a ese pequeño niño miedoso, agredían y lastimaban al
niño de años atrás y no al hombre actual, el que era más fuerte. Podían devorar años de experiencia y
de tiempo, en lo que se supone se forja la mente, la curvaban la trucaban cómo
él podía olvidar que ya era un hombre,
que tenía problemas en el trabajo, con sus compañeros con gente real, por qué todo eso que era tan
importante ayer se reducía a nada hoy.
Estaba jugando a relacionar cosas
en el tren de ida a su trabajo cuando se le vino a la mente una palabra, él
pensó que eso era algo revelador no era mucho pero había cambiado la relación
en sus pensamientos. Un momento después lo olvidó, se quedó solo, como siempre
lo había estado y no sabía si debía tener miedo de eso.
- Me pregunto qué harían no son
estúpidos, yo ya sabía algo de eso me matarían de forma sobrenatural, harían
que me suicidará, mandarían alguien a matarme qué diablos harían. Al fin y al
cabo ellos eran los que lo controlaban todo, y yo sólo era como un animal
muerto a quien se le dan impulsos eléctricos para que mostrara alguna simple reacción, ya
haciéndome sentir miedo, ya dándome un momento de aparente calma pasando
de un estado de animo a otro y estaba considerando no solamente lo lógico, sino
también lo sobrenatural, sólo el miedo podía cambiar mi lógica, sólo algo tan
revelador como lo ilógico, lo no aplicable
--Todo se ve diferente, sin duda
es mi último y día vivo, ¿cómo me darán muerte, tal vez en sueños, Quien
sabe?--.
Cuan extraña es la diferencia o la igualdad entre quienes
mueren viejos, resignados y hasta deseando la muerte, los que morimos sacando
los dientes tal vez ellos han sido convencidos
de ir al matadero, de que han vivido lo suficiente, suficientes años para morirse, que no tiene
sentido ese pataleo antes de morir o mientras se está vivo.
Lo más probable es que, eso que
escribí esta mañana en el tren no valía nada, no significaba absolutamente
nada, ahora estoy un poco lucido pero cuando ellos impongan su voluntad yo ni
siquiera podré hablar de horror.
Ya No tiene importancia si esto
es cierto o falso, si a ellos les place yo lo olvidare mañana y si ellos
quieren el corazón me estallara esta noche en un sueño, y tampoco importa ya si
hallan diversión o no en sus acciones, si acaso
es un sentimiento o ya algo superior carente de intención.
Porque es como si se acercaran
lentamente al cuerpo y le hablaren a la medula despacio, susurrándole. Para así
dejar a la mente sola, como siempre para que se despedace así misma con sus
suposiciones.
Pensaba en la tarde y en su casa
después de no haber ido al trabajo al bajar del tren y haber pasado toda la
tarde en un parque y ahora se encontraba
de frente a su esposa y le servía la
cena.
Él lo había pensado antes habían
ciertas alternativas una de ellas era que sus perseguidores se descubrieran tal
vez delatándose hablándome a través de
mi esposa tal vez contestándome a un pensamiento con una sentencia diciéndome
que no tenía caso que me esforzara pensando.
Porque al fin y al cabo ellos
saben todo lo que yo razono. Después de todo ya lo habían hecho antes, como ese
anciano desconocido aquella vez En la calle diciéndome un comentario sin
sentido un
– hasta dónde quieres llegar
hombrecito.
Aquella vez no pensé nada. Ahora
sé quién lo dijo realmente esa mañana tomando un cuerpo y una voz
prestada, me pregunto si no se les
párese vulgar que toda la gente conozca sus métodos, como este tan conocido
hasta para los cineastas.
El hombre reparo que su esposa lo miraba
atentamente y le dijo
- ¿qué te pasa, sucedió algo en
el trabajo? te veo preocupado.
-Resulta que... e inventé algo
para ver cuál era su reacción pues yo nunca había tenido problemas para
mentirle ella lo sabía y escucho con atención y me dijo lo que siempre me decía cuando yo le contaba
la basura del trabajo
- todo va salir bien- ella dijo.
Y al no notar ninguna reacción
pensó:
--Tal vez esperan que sienta que
estoy paranoico y comience a confiarme de nuevo, es de esperar de quienes
bautizaron al pensamiento con nombres médicos. Mi propia esposa podría
envenenare o dispararme con el arma del buró de la recamara, con tantas formas
de matarme, soy vulnerable, ¡por qué no simplemente me hacen sentir miedo, como
hacen siempre que quiero pensar! Se dijo, con la expresión de la desesperación
en el rostro.
Detrás del hombre una cuchara
callo de la mesa como si un ser invisible o voluntad lo hubiese tirado, tras
una pausa el hombre rió
–Es el colmo de los colmos- dijo
pero algo dentro de él le decía quien la había tirado realmente, comprendió que
hasta ahí llegaba su dominio .El ente la había tirado, el hombre comenzó a
sentirse mareado. Se le vino a la cabeza la idea de que le temían y esa era la
causa de su muerte, pero jactarse de eso justo antes de morir hubiera sido tan
ridículo como el mismo vencido burlándose de sus enemigos, que caso tenia si era verdad o no, ¡se dio cuenta de la
situación! y pensó en vomitar, pero sus
miembros no le respondían, se sujetó de la mesa para no caer y pudo ver a su
esposa bajar casualmente por la escalera , caminar y cruzar el umbral de la
cocina, miro las manos de su mujer con
sorpresa, traía consigo el revólver del buró, casi fue necesario usarlo pues el
hombre tomo formidable fuerza sobrehumana para acercarse a su esposa pero la
inminencia de la ceguera , la pérdida del control del cuerpo y los fuertes
ruidos que escuchaba en su cabeza le hicieron perder la noción de la situación
, ahora él ya no la veía a ella, ni la escuchaba a ella. Manoteaba y se abatía,
un ataque cardiaco lo detuvo en su avance ciego hacia su esposa, Recordó que su
mujer tenía amoríos con su primo y que le había pedido el divorcio, que él se
había negado, que había amenazado con
matarlos a los dos si volvía mencionar el asunto.
Que lo que había descubierto ese
día divagando con los argumentos en el tren es que la vida no tiene ningún
sentido, que la realidad no existe, que se genera frente a tus ojos.
Que lo único que une las cosas o las separa es la ilusión de la mente , que después de la muerte no hay ni cielo ni infierno, sólo la nada, que ella lo sabía, que todo el mundo en secreto lo sabe, que nada implica nada, pero se aferran al deseo , en el caso de ella al de ser amada y él se aferraba al deseo de la rutina y trataba de llenar el vacío con fantasmas y perseguidores, pero el vacío no se llena jamás.
Que lo único que une las cosas o las separa es la ilusión de la mente , que después de la muerte no hay ni cielo ni infierno, sólo la nada, que ella lo sabía, que todo el mundo en secreto lo sabe, que nada implica nada, pero se aferran al deseo , en el caso de ella al de ser amada y él se aferraba al deseo de la rutina y trataba de llenar el vacío con fantasmas y perseguidores, pero el vacío no se llena jamás.
Que cualquiera se puede tomar la
libertad de considerar la verdad, como mera suposición.