jueves, 15 de julio de 2010

GELATINA

Me dirijo a una entrevista de trabajo, las calles están llenas de gente.
Llego al parabus, y por un rato todo transcurre con monotonía el frio de la mañana y la contaminación me abrazan.
De pronto lo cotidiano se transforma, los sentidos se distorsionan, se agudizan se escucha un ruido en la cabeza, se siente un malestar en el cuerpo, se ve todo lento.
La fatalidad estima la inminencia de lo nefasto, miro mi reloj por que aunque voy anticipado de tiempo el malestar me apremia.
El camión que me llevará se demora, tengo la impresión de que no va a pasar y la circulación en la avenida la noto mas espaciada.
Noto mis movimientos lentos y torpes .En este momento ya no pasa ningún camión, aparece la certeza de que la muerte es un lugar y que estoy parado en el, volteo a ver a las personas a mi alrededor que también esperan, trato de correr y noto que el aire es tan denso que me opone resistencia, imagino algo terrible: que estoy en una especie de gelatina gigante que esta posada sobre mi y que es en vano tratar de escapar puesto que la calculo de un kilometro de diámetro.
Alguien me toca el hombro, me llama por mi nombre sin hablar. El nombre que me dice es mi verdadero nombre, el nombre que uno tiene en el universo y que solo debe conocer el que lo porta.
Volteo a mirar al que anunciaba la gelatina y el ruido en la cabeza y al que ahora me toca el hombro lo que veo es a un hombre altísimo que casi roza el techo del parabus con su sombrero y que trae un disfraz ridículo de lentes y bigote postizo y un traje muy viejo como de vagabundo, pero algo no esta bien: es una burla, debajo de los lentes no hay ojos y no tiene nariz ni boca, bajo el sombrero una peluca despeinada, todo eso lo percibo como una mofa , cual si hiciera una caricatura de la raza humana.
Noto que aun no me a retirado el brazo del hombro y que sigo de espaldas a el y que sin embargo lo veo como si estuviera frente a el, deduzco que me ha regalado su visión.
Me habla en un idioma agresivo para el alma por que de inmediato mi voluntad se derrumba y siento miedo, culpa y vergüenza ilimitados. Lo que abstraigo de sus palabras y de la situación es que ellos ( por que no es un ser individual) son dueños de la realidad al haber sido creada por ellos y esto nos rebaja a objetos con funciones incomprensibles, pero que recordé en el momento en que me tomó cual trozo de madera y me hiso saber que tenia que dejar de fantasear ;que vivía en una ilusión y que me arrancarían de la realidad y que me llevarían con ellos, yo no podía replicar nada por que todo estaba tan claro por que yo sabia que ya había estado allá una eternidad y lo había olvidado, que yo soy un objeto-sirviente en ese lugar que es mas grande que la realidad.
Miro hacia abajo y veo que no tiene pies, que bajo sus rodillas se difumina. Es como un fantasma me digo para mis adentros.
En ese momento su mano traspasa mi espíritu, lo rota y lo devuelve a su forma primordial y todo lo que estaba oculto en mi cerebro es revelado.
Pienso que mi existencia es aberrante, que los objetos como yo no deberían pensar, veo la banca del parabus y la siento tan parecida a mí.

***

Entrecruzo mis dedos y no puedo sentirlos. El increíble sonido sigue en mi cabeza, Incapaz de racionalizar no tengo miedo, ni puedo abstraer nada de lo sucedido cual si estuviera en modo automático ,no puedo recordar como es que de pronto estoy dentro de un camión sentado y siento como salimos muy lentamente de esa gran gelatina .

Autor: A. Go