lunes, 27 de septiembre de 2010

Regresando


Viajando en el metro veo a un niño discapacitado demasiado grande para su edad, que viene con su madre yo lo veo distraídamente, porque estoy embebido en cuestiones de trabajo, estoy cansado. Pero aun así me saca un poco de mi abstracción, porque tiene una boca muy singular como nunca antes he visto: dos grandes labios colgantes muy gruesos y negros en su parte interior como podridos y con colmillos cual enfermo de sífilis y entonces yo recargado en la puerta me quedo dormido.
De pronto percibo que alguien me sujeta fuertemente con fuerza sobrenatural: es el niño.
Y caigo en cuenta de que sujeta fuertemente mi mano derecha con una mano y mi mano izquierda la tiene apresada con sus colmillos , yo vuelvo a ver a su madre y está dormida sentada en el piso, no está dormida repongo: yace muerta ,el niño se ha dado cuenta y ha caído en un estado incomprensible, me azota con violencia contra la puerta sin soltarme y la gente del metro nos mira con indiferencia, lo cual me indigna pero me da permiso para golpearlo, así que me ocupo de salir de su boca que es tan repúgnate y que tiene aprisionada mi mano izquierda y noto que la tiene como un perro que lleva a su cría , es decir, que la muerde despacio sin lastimarla, pero en el instante que trato de sacarla cierra sus fauces más fuerte y me ve con esos ojos de maniaco, yo temo que si me muevo más me hiera, me contagie alguna enfermedad, así que lo pateo en las costillas para ablandarlo un poco, sucede algo extraño éste ser empieza a engullirme como si algo dentro de su ser me jalara hacia dentro, mi brazo se desliza como un pez hacia su estómago que imagino como un abismo repugnante, caigo en cuenta de que es un sueño y deduzco por los síntomas que estoy cayendo en paro cardiaco, pero no puedo despertar y el ser me sigue engullendo cada vez más.